“Schindler echó el cuerpo hacia delante y oprimió ese botón: algo vibró en la cabina de control y una minúscula luz roja se encendió. Schindler y su filoso perfil de húsar, la llamarada de su pelo, los caballos, la ciudad allá abajo cada vez más achaparrada y lejana y una especie de polvareda que flotaba sobre el río. Sería por eso: Buenos Aires desde el avión tenía algo de potrero con unos corrales negros que se iban desparramando sobre el campo. También estaban los nombres de los barrios: Corrales, Barracas hacia el sur, Mataderos en la punta y, allá abajo, Tapiales. Emilio se recostó en el asiento y pensó Buenos Aires se parece a una tropilla de alazanes. Pero no (…). Entonces volvió a calcular: Buenos Aires es una cabeza de animal. Eso sería un mapa o por los ojos alucinados de aquel alazán, y tampoco lo dejó conforme. Buenos Aires, desde el aire, es un cuero sucio de caballo. Eso no estaba del todo mal y sintió un estremecimiento en la nuca”.
David Viñas (1927 – 2011) fue un escritor y crítico literario argentino. Miembro fundador de la revista Contorno, en 1953, junto a su hermano Ismael Viñas. Fue presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires.
Su primera novela fue Cayó sobre su rostro (1955). Su temática histórico-social se hizo ver en su densa Los dueños de la tierra (1958), que arranca en 1892 y prosigue en la pampa del siglo XX. A ella les siguieron Dar la cara (1962), larga novela bonaerense, donde habla de la agresión y las humillaciones, En la semana trágica (1966), y Hombres de a caballo (1967), que fue premiada por un jurado formado por Julio Cortázar, José Lezama Lima, Juan Marsé, Leopoldo Marechal y Mario Monteforte Toledo.