"Los chicos de Melo miraban con estupor cómo el Camilito en los días de invierno se lavaba la cara con agua fría y se fregaba la cabeza como si se la quisiera arrancar, mientras al lado, la vaca, confortable, resoplaba aire caliente.
Los italianos son así: cuando es necesario mantener el calor, y eso hasta la vaca lo sabe, a los italianos se les ocurre meterse en el agua fría. Cosas de italianos, sí, pero Camilo iba a la escuela porque tenía zapatos. Ellos no iban porque no tenían. Habían sabido tener un par, hacía dos o tres años; no se sabe cómo cayó a la casa. Se los fueron probando todos y a dos chicos solamente les quedaban bien; la madre sugirió que esos dos a los que los zapatos les quedaban bien, podían turnarse para ir a la escuela; un día, uno, otro día, otro. Pero el padre dijo:
-O van todos, o no va ninguno.
Y después de todo, decían que en la escuela tiraban de las orejas a cada rato y también del pelo, en la parte que está cerca de los ojos y duele más. Y si no era para ir ala escuela, ¿para qué iban a servir los zapatos? Ellos recordaban que el padre permitió que jugaran con ellos; hacían carreras, uno con un zapato y otro con otro, puestos como chancletas, para ver quién de los dos llegaba primero."
Hebe Uhart (nacida en Moreno en 1936) es una escritora argentina. Estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente se desempeñó como docente, tanto de nivel primario y secundario como universitario en la UBA y en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Vive en Buenos Aires, donde dicta talleres literarios. Es colaboradora frecuente de diarios y revistas, por ejemplo en el diario El País de Montevideo.