Traducción de María Negroni.
Entrar al Museo Barnum implica abandonarse a sus leyes, siempre arbitrarias e impecables. Lugar donde se dan cita personajes de una belleza díscola. Hay que verlos moverse por los laberintos de una modernidad, apenas incipiente y ya en ruinas, con sus máquinas de soñar, donde pueden encontrarse las representaciones del grifo enjaulado, la secta de los eremitas y el eslabón perdido; o bien, hallarse en su casa dentro de un teatro de autómatas que se animan de noche, entre caballos de calesita y túneles de la risa.
En tal alborozo imaginario, la literatura se mueve, como todo ensoñadero, entre la vacilación, el desacato y la delectatio, no para representar algo, sino para que la representación ceda sus derechos a una eterna invención de lo mismo.
El ganador del Premio Pulitzer, Steven Millhauser, exhibe en esta colección cuentos ingeniosamente escritos e hipnóticamente hilvanados, que desembocan en una pregunta urgente: qué función le cabe hoy a la literatura.
Uno de ellos, “Eisenheim, el ilusionista”, fue llevado al cine bajo el título El ilusionista.
“Museo Barnum es el Millhauser por excelencia: ejemplifica su interés por los microcosmos (dioramas, espectáculos escénicos o mundos de ensueño) que se ciernen en un macrocosmos pero que luego amenazan con rivalizar o incluso engullir la realidad que los dio a luz”.
Jonathan Lethem, The New York Times.
Steven Millhauser (Nueva York, 1943) es un novelista y escritor de relatos cortos estadounidense. Estudió en las universidades de Columbia y Brown, y durante muchos años ha enseñado Literatura en Skidmore College. Entre sus obras se destacan: Edwin Mullhouse: The Life and Death of an American Writer (1943-1954), By Jeffrey Cartwright (1972); Little Kingdoms (1993); Martin Dressler, Historia de un soñador americano (1996); ganadora del Premio Pulitzer de Ficción y finalista del National Book Award; The Knife Thrower (1998) y Dangerous Laughter: Thirteen Stories (2008).